Revista Gráfica.
Un lugar para la reflexión, la sensualidad y el humor.
El autor no se responsabiliza del efecto que le pueda causar.
viernes, junio 27, 2008
De Indocencia
Blanca, poesía hembra que quiere decir, denunciar, cantar, poesía de verso largo y galopante que quiere calar, permanecer, remover, poesía muy mujer, entre lo social y lo lírico. Blanca, óleo de Picasso entre rojos violentos y ojos iluminados como candelas nocturnas.
3 comentarios:
Anónimo
dijo...
La fotografía, la literatura, la pintura... el arte en definitiva, se dan la mano y muestran mucho más de lo que pensamos.
Borré el azul del mar, para no poder siquiera oir, el rumor de tu voz dentro de las caracolas.
Desdibujé los rizos de las olas, para no sentirme siquiera atrapada en los enredos de tus espumas.
Tiré las sábanas y destruí las almohadas para prohibirme que ni siquiera mi cabeza volviese a pensar en ti.
Miré al cielo y descubrí el sol, alcancé un rayo y me agarré, ya no me quemaba nada, subí a lo más alto y desde allí; habiéndome cortado con tus cristales rotos, habiéndome ya desangrado con cada lamento, habiendo lamido cada gota de mi sufrimiento y del tuyo; descubrí que paseabas un cuerpo sin alma. (Para vosotros, Blanca Flores Cueto)
Te refugias en una amalgama de desencuentros, para ocultar tus miedos.
Te asomas al precipicio y deshojas, sin sentido, los pétalos de todas las flores, a sabiendas de que vas marchitando a todas las margaritas.
Disfrutas de los rayos de sol, de una copa del mejor vino, de una compañía envidiable que regala a tus oídos las palabras más bellas, los pretendidos versos, con los que tal vez, algún día soñaste eternizándote.
Te permites todos los placeres prohibidos , mientras sigues pensando que todo es efímero, que nada pervive, y te equivocas.
En el fondo no soportas el sonido de la sirenas de las ambulancias. BFC, Cádiz y el soleado 25 de junio de 2008
3 comentarios:
La fotografía, la literatura, la pintura... el arte en definitiva, se dan la mano y muestran mucho más de lo que pensamos.
http://indocenciascadiz27.blogspot.com/
XXVIII. Borré el azul del mar
Borré el azul del mar,
para no poder siquiera oir,
el rumor de tu voz dentro de las caracolas.
Desdibujé los rizos de las olas,
para no sentirme siquiera atrapada
en los enredos de tus espumas.
Tiré las sábanas y destruí las almohadas
para prohibirme que ni siquiera mi cabeza
volviese a pensar en ti.
Miré al cielo y descubrí el sol,
alcancé un rayo y me agarré,
ya no me quemaba nada,
subí a lo más alto y desde allí;
habiéndome cortado con tus cristales rotos,
habiéndome ya desangrado con cada lamento,
habiendo lamido cada gota de mi sufrimiento y del tuyo;
descubrí que paseabas un cuerpo sin alma.
(Para vosotros, Blanca Flores Cueto)
SIRENAS
Para J. B., por tanto.
Te refugias en una amalgama de desencuentros,
para ocultar tus miedos.
Te asomas al precipicio y deshojas,
sin sentido,
los pétalos de todas las flores,
a sabiendas de que vas marchitando
a todas las margaritas.
Disfrutas de los rayos de sol,
de una copa del mejor vino,
de una compañía envidiable
que regala a tus oídos
las palabras más bellas,
los pretendidos versos, con los que tal vez,
algún día soñaste eternizándote.
Te permites todos los placeres prohibidos ,
mientras sigues pensando que todo es efímero,
que nada pervive,
y te equivocas.
En el fondo no soportas
el sonido de la sirenas
de las ambulancias.
BFC, Cádiz y el soleado 25 de junio de 2008
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