en que mi corazón de luz pueda ofrecerte,
rosa tras rosa, todo su redondo tesoro
robado, hora tras hora, al jardín de la muerte.
El Sol arderá en paz. (Y la vida de antes
tendrá un color ausente de lunática pena.)
Mi carbón cegará por los ojos diamantes,
el cardo de mis huesos brotará la azucena.
¿Será una destellada corona de armonía,
eterna, como un ojo de dios, en la mudanza?
...Si no eres lo que quiero, no vengas todavía.
¡Déjame hermosear perene la esperanza!
de: JRJ
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